sábado, 15 de septiembre de 2007

Ambigüedad

Y es que siempre he pensado que todo tiene muchas visiones posibles. No es siempre lo que parece.
En muchas ocasiones tienes pensado hacer algo, de repente piensas que mejor no, mejor otra cosa. En décimas de segundo cambias de opinión y todo lo que habías programado o ideado se queda con la boca abierta, en estado de shock.
Y esto tiene una explicación, no es simple capricho aunque lo parezca. El hecho de cambiar de opinión y de trastocar planes no quiere decir sino que somos seres que sentimos, pensamos y nos dejamos llevar (por los impulsos o por lo que sea). Y así nuestra vida cambia, en ocasiones se hace ingobernable y en otras nos enriquece tanto que pensamos "por qué me he reprimido tantas veces?"
En fin, somos personas y por tanto, seres muy complejos y a veces complicados.
La ambigüedad nos hace ser a veces impredecibles. Dependiendo del estado de ánimo, del día que hayamos tenido o de si tenemos o no dolor de barriga, cada día podemos apreciar cosas distintas de una misma realidad.
O no te pasa en el metro, al ir al trabajo, en el parque o en la cafetería de la esquina??
Divina percepción.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo veo el mundo negro una vez al mes, justo cuando me va a venir la regla. Así que ya no le doy tanta importancia a esos días en que el mundo es otro distinto al de el resto de días.

Como dijo no recuerdo quien: una multitud me habita...

Pero conviene aclararse un poquito, más que nada a efectos prácticos.

Anónimo dijo...

Querida Lola,más que ambigüa directamente me considero ciclotímica...rozo lo enfermizo con mis altibajos y mis frecuentes paranoias.Soy imprevisible,aunque paradójicamente me piense mucho las cosas.He de añadir que soy tímida,y básicamente la filosofia la aplique como amortiguador del ridículo.

Lola dijo...

Si, lo de ambigüedad camufla mi "montaña rusa". jeje! Y en las épocas de hormonas revueltas no veas... el raciocionio se me nubla bastante.