En el tiempo que llevo viviendo aquí me he dado cuenta de varias cosas que suceden en el metro y el autobús (transportes que utilizo normalmente).
No tiene que ver con la hora que sea, el dia que sea o la línea por la que circules. No.
Al principio me llamó mucho la atención, y en muchas ocasiones llegué a asombrarme por tal comportamiento. Ahora ya lo tengo asimilado y no me sorprende tanto, pero me sigue llamando tremendamente la atención.
El comportamiento es el siguiente:
Subes al autobús/vagón con más gente.
Dentro hay asientos libres, y los que entran contigo aceleran el paso para poder coger uno de estos preciados sitios. Hasta que aposentan sus nalgas no bajan la guardia. En ningún momento.
A veces he llegado a presenciar codazos y miradas de "chincha rabiña" entre los pasajeros por coger el asiento.
Y cuando estás sentada y lo ves desde dentro, es más claro todavía. Pocas veces se deja salir antes de entrar si el que sale ha dejado un sitio libre.
Tan cansados estamos? tanto valor tiene un asiento? entiendo que en determinadas circunstancias está claro que sí. Pero llegar a "quitarle" un asiento a una persona mayor por el hecho de que tú corres más... ainsss....
Seguiré observando. Lo mismo este comportamiento aumenta o disminuye dependiendo de la época del año. Quién sabe.
9 comentarios:
Vaya! Pensaba que esto sólo nos ocurría en Japón, pero ya veo que se va extendiendo la mala costumbre.
A mi me crispa los nervios!!! Casi siempre suelen ser marujillas de 50 para arriba, que te empujan por detrás para que subas a la fuerza aunque todavía no hayan bajado todos los demás pasajeros.
Yo no me corto ni un pelo. Siempre que me encuentro con tal especímen le digo: "Primero el que baja, luego el que sube. Menos prisas y a esperar". Y se quedan mudas, las señoras! jajajaja.
Jajaja!!! aquí hay de todo un poco, la verdad. Qué le vamos a hacer.
A mí me pone de mal humor, pero a veces de verdad que me rio porque parece una competición en toda regla.
Cómo estamos, jeje!!
Un abrazo!
No sé si tiene algo que ver con la estación. Lo que si está claro es que la educación brilla por su ausencia y eso es lo peor.
Besos
Hola Inte! cuánto tiempo! tienes toda la razón, educación hay pokita pokita...
Un abrazo!
Hola Inte! cuánto tiempo! tienes toda la razón, educación hay pokita pokita...
Un abrazo!
Chiquilla, con lo liadísima que yo ando, y tú recuperando el tiempo perdido y posteando sin parar, jajajaja.
En el bus que va a la aldea se ven verdaderas barbaridades, y todas cometidas por las más mayores. A veces pienso que, a más edad, más mala educación, pero luego me paro a pensar, que tal vez sea una deformación adquirida en tiempos duros, en los que si no codeabas, ni comías ni viajabas ni ná de ná, y es algo tan grabado que no son conscientes de que los jovenes les cederemos gustosos el sitio, tanto en la cola para subir, como el asiento una vez arriba.
( Oye Lola, qe blogger ha cambiado y no deja enlazar nada que no sea de los "suyos", así que con tu permiso voy a hacer una prueba con mi firma en este comentario. Gracias)
Ná, lo que me imaginaba, sólo permite el nombre.
No,Lola,los aspectos estacionales no tienen nada que ver...es que simplemente somos así de cerdos e incívicos.No respectamos a nada ni a nadie.Lo he visto en trasporté público,en la biblioteca,en los parques,en el super,etc.No hay solución...y es muy triste.
Vitru: ya lo he visto, es una jodienda lo del blogger ahora.
Y veo que estas maneras tan majas están por todos lados, hay que joerse.
Orleans, no desesperes.
Un abrazo!
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