jueves, 24 de julio de 2008

Peli al aire libre

Mi madre, mis tias,... siempre me habían contado cuando en verano ponían en la plaza del pueblo el cine de verano. Cada uno se llevaba la silla de su casa, y podían disfrutar en las calurosas noches de mi pueblo, de alguna película. Lo contaban como algo especial porque el resto del año no había cine, ni tiempo de distracción, ni divertimento, ni nada de nada, y el recuerdo que tienen es muy bonito.
Yo nunca había vivido eso. Hasta el año pasado.
Resulta que en Barcelona hacen el "cine a la fresca" en la Sala Montjuïc. En el foso del castillo de Montjuïc montan una pantalla y ponen películas en versión original.
Está bastante bien organizado porque ponen autobuses gratuitos para subir y bajar, hay bastante gente para "atender" a tooodo el mundo que sube cada día, y puedes pasar una tarde-noche muy agradable allí. Además hace fresquito, lo que le da un punto bastante bueno.
Antes de poner la película hay un concierto de música en relación a la peli, y está muy bien.
La gente nos llevamos nuestra cenita, el vinito,... y mientras empieza la peli disfrutas de la compañía, del entorno, de la música,... está bastante bien.
Lo peor que llevo es volver a casa. Cuando la magia de la noche ha acabado allí, y estás bajando por Montjuïc hasta Plaza de España,... el fresquito se ha quedado en las alturas y abajo vuelve a hacer calor,... hay que ingeniárselas para volver a casa porque ya no hay metro ni bicing, y si vives lejos (mi caso) llegar a tu casa es una aventurilla en la noche barcelonesa.
Aún así, merece la pena.

Ayer fui a ver "La banda nos visita" y me encantó. Es una coproducción entre Israel, Francia y EEUU. Tiene toques de comedia, muchos silencios y lenguaje corporal,... muy chula. Está muy bien, jaja!, se aprecia la diferencia de costumbres, maneras de ser y estar entre culturas muy cercanas y al mismo tiempo muy lejanas.


Y esta mañana me ha costado levantarmeeee....

7 comentarios:

lola dijo...

Estupendo eso de poder ver una película al aire libre, aquí también ponen a veces, pero yo casi nunca me entero, :(.
Saludos y buen fin de semana que ya se acerca!

pequeño saltamontes dijo...

Qué recuerdos me trae esta entrada....
Aquí en Japón también se las ingenian para montar fiestitas por la noche, con farolillos que alumbran la calle con una luz muy ténue creando un buen ambiente. Puedes comer calamar asado con salsa de soja, salchichas, algodones, jugar a pescar pececitos... y todas las chicas se ponen su "yukata", una especie de kimono pero muy ligero y fresco. Justo anteayer hubo una delante de casa.
¿Te apuntas?

Petonets maca.

Anónimo dijo...

Ojalá hubiera formado parte de esa banda...pues con el soseras del franchute no pude realizar intercambio cultural alguno,como bien sabes.

Por cierto,ver pelis en un entorno tan chulo no tiene parangón.La última vez que asistí al castillo nos pusieron Amelie en versión original.Sinceramente,es una de las actividades más agradables de la noche barcelonesa.Petons.

Anónimo dijo...

En muchos pueblos en las periferias de las ciudades hacen eso del cine al aire libre en verano, y uno va con sus palomitas de microondas (los tiempos cambian) a ver pelis gratis. Pero yo me quedo con la frase con la que una niña resumió la proyección de Master and Commander mientras volvía a casa: "Es muy larga y te quedas con el culo plano"

Y es que donde esté una buena butaca... :-D

KyRiah dijo...

Me encanta el verano por muchas razones, y entre ellas, las pelis al aire libre!! Parece que se disfrutan más, y tienen un gran aliciente: ¡¡ no te tienes que gastar casi 8€ para poder verlas!!. Vamos que sí que merece la pena :)

Kalikrates dijo...

En mi ciudad hace muchos años que se proyectan películas al aire libre. En los primeros años ví allí todas las películas (casi todas) que constituyen la historia antigua del cine: "Nosferatu" y "El Golem" de Murnau; "Alexander Nevsky" y "El Acorazado Potemkin, de Eisenstein, "El nacimiento de una nación" de Griffith, "Senderos de Gloria" de Kubrik, etc. Tengo un monton de recuerdos, pero hay dos que recuerdo especialmente: para evitar las cuadrillas de imbéciles que creían que las películas mudas eran todas de risa y que aparte del bocadillo se traían la botella, comenzaron a cobrar simbólicamente 100 pesetas (una moneda, que si no tenías era igual, te dejaban pasar) porque "lo que no cuesta no vale", vamos, que nadie respeta lo que es gratis; el otro recuerdo es que siempre había una silla plegada en el lado izquierdo del centro, que tenían reservada a una señora como de 200 años a la que le chiflaba el cine y que nos solía contar historias de cuando ella fué actriz. Cuando entraba, uno de los chicos de la organización la tomaba del brazo para acompañarla, desplegaba aquella silla para ella y le deseaba que le gustase la película.

Lola dijo...

Vaya... veo que todos tenemos las mismas debilidades...!
y es que una buena película al aire libre es lo mejor...